PÍO MURIEDAS " El gran juglar Santanderino"

IN PIO un film de Jesús Garay sobre Pio Muriedas

Pío MuriedasPío Fernández "Cueto" Muriedas, Pío Muriedas, es uno de los personajes más singulares que uno haya tenido el privilegio de conocer.
Nacido en Santander en 1903, toda su vida fue un bohemio a la antigua usanza. Hijo de un barrendero y portero de teatro y de una cigarrera -analfabetos ambos- en su familia, escribe Pío en sus Memorias,"no ha existido nunca ejecutoria de nobleza, pero sí una vieja tradición de vagabundos y heterodoxos".
Trabajó de niño en una tienda de confecciones y en la construcción haciendo escaleras. Enseguida se dedicó al teatro, pasando por todos los oficios de la farándula: desde aprendiz de carpintero a comparsa del Salón Pradera, tramoyista del Teatro Pereda y actor en las compañías de Margarita XirguEnrique BorrásGómez Ferrer y Guillermo Roura.
En 1927 funda su propia compañía junto con el actor chileno Horacio Socias, aunque su profesión definitiva será la de actor-recitador, una especie de juglar del siglo XX. Da el salto a Madrid para actuar en el Ateneo-siendo entonces presidente don Ramón María del Valle Inclán-, en elCírculo de Bellas Artes, de la mano de Alberto Insúa y en laUniversidad, presentado por Dámaso Alonso. Los teatros Español,María GuerreroEslava y Real le incluyen como intérprete en sus carteles.
Es en esta época cuando conoce a los principales escritores y artistas del momento: Antonio MachadoMiguel HernándezPío BarojaGarcía LorcaRafael AlbertiSalvador Dalí... Pío es el primero que da a conocer por los pueblos de España a Gerardo DiegoBlas de Otero y Miguel Labordeta.
Pío Muriedas - Laxeiro
Trató a Lorca durante las actuaciones de "La Barraca" en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander. Lorca le encargó, en 1935, la organización de la última representación de La Barraca, con la puesta en escena de Fuenteovejuna.
Durante la guerra civil es nombrado Secretario General de Santander de la Unión de Escritores y Artistas Revolucionarios al Servicio de la República y actúa en frentes, cuarteles y fábricas recitando poemas de Alberti,LorcaPla y BeltránLeón FelipeMiguel Hernández y José Bergamín.
Al término de la guerra se exilia en Francia, y allí es confinado en un campo de concentración. Al no tener delitos de sangre, regresa a España y es sometido a un Consejo de Guerra que le condena a muerte, de la que se libra gracias a la intervención de José María Pemán.
Al salir de la cárcel es obligado a abandonar el nombre con el que actuó artísticamente durante la República y adopta el de Pío Fernández Cueto, hasta que, como escribió Camilo José Cela, "La zurra pasó y el Pío/ Fernández Cueto volvió/ a ser Pío Muriedas:/ sufridor, cantor, pintor".
Así van transcurriendo los años, de ciudad en ciudad y de destierro en destierro, pasando hambres y enfermedades, hasta que en los años 60 le llega el reconocimiento "oficial". Manuel Fraga Iribarne -que habrá sido lo que haya sido, pero nunca tonto- le incorpora a las tareas del Ministerio de Información y Turismo para que lleve de pueblo en pueblo la voz de los poetas. En cada lugar que visita ofrece recitales y representa piezas cortas de teatro.
Mientras, sus amigos poetas y escritores -que son todos- siguen preocupándose por él y hasta llegan a solicitar en el programa de la SER"Ustedes son formidables" una ayuda material de los oyentes para el bueno de Pío...
Dibujo de Joan Miró dedicado a Pío Muriedas
Siempre sin un duro, a sus 80 años seguía con su oficio de juglar como único medio de vida. Quien firma este blog lo conoció y trató, gracias al pintor Helio Gógar, en el Santander de los años 80, cuando se dejaba caer por algún café del Paseo Pereda, siempre atildado y elegante, con su sombrero borsalino y su largo abrigo de excelente paño, y siempre recordando a la sufrida compañera y musa,María Luisa Gochi, cuya muerte le hizo perder un poco las ganas de vivir. Era un auténtico placer oirle hablar de sus amigos poetas de la Generación del 27, aunque a algunos de ellos, por ejemplo a Rafael Alberti, los ponía como hoja de perejil, vaya a saber por qué.
Contaba orgulloso -más de una vez se lo escuché- que los ahorros de su vida los había invertido en una parcela soleada en el cementerio de Ciriego."Espero ser un buen muerto", decía. Allí descansa, efectivamente, desde su fallecimiento en 1992.
Dedicatoria de Pío Muriedas al responsable de este blog, en un librito que contiene alguno de los poemas que sus amigos poetas le fueron dedicando y otros de su propia cosecha dedicados a María Luisa
En el año 82 su ciudad natal le dedicó -porque él así lo quiso- una farola con su nombre y un poema de Vicente Aleixandre en la Plaza de Numancia.
Como escribe Benito Madariaga, cronista oficial de la ciudad de Santander, dejó "alguna deuda, varios cuadros vendidos a sus amigos y los siguientes escritos: "Poemas de María Luisa Gochi y versos a Pío Muriedas"; "Aquí queda esto"; "El autor", farsa dramática en dos actos, y dos volúmenes de "Memorias de un vagabundo de la poesía", que, si algún día se publican, volverá a estallar la guerra civil".